Poema del día

Siete poemas para esta semana. Selección de Felipe Garrido

Lunes, 02 de Octubre de 2023
Por: Felipe Garrido

Lunes

De “Fragmentos de una poética improbable”

… ser claro sin traicionar el misterio. Para ir a la raíz, andarse por las ramas.

Todo es nuevo bajo el sol de cada día. Todo está por decirse.

La poesía rehúye la servidumbre del tiempo. Su dominio es el de las presencias: presente del pasado, presente del futuro.

En voz alta o en silencio, la lectura de un poema solicita los recursos del canto.

La forma hace libre al poeta.

Menesterosos de origen, los poetas se nutren de las palabras ajenas.

Si uno se permite un verso prescindible, corre el riesgo de que ese verso sea el que lo lance a la fama.

Frente al ideal de “lo bello”, una escritura que acoja las fealdades del mundo.

La realidad es metafórica.

Al no requerir demostración, al ser ella misma la prueba y lo probado, la metáfora es “el medio de conocimiento por excelencia”, [Nietzsche.]

El mundo, ¿puede ser mejor de lo que ha sido? Quizás no, pero la mera posibilidad está en la raíz de muchos poemas. “Algún día, aunque no llegue…” [Gelman.]

Para la continuidad de la poesía es necesario un margen de insatisfacción con lo que otros poetas, sobre todo los mejores, han dicho.

Hay poemas que nos colocan frente al abismo que somos.

El territorio del poema es un posible que comienza en la observación detenida de la realidad. “Hay otros mundos, pero están en éste…” [Éluard.]

El pensamiento conceptual es un estorbo para la imaginación. El intelecto, dice Antonio Machado, no sabe cantar,

Hecha de tiempo, la poesía no puede renunciar a figurarse la eternidad.

… decir con precisión lo que apenas se intuye.

Una buena dosis de anacronismo suele ser saludable: nos libera del fetichismo de “lo actual”.

No todos los maestros tienen la capacidad de alentar la disidencia en sus discípulos. ¡En cuantos talleres acá y allá, se cocinan epígonos!

Con frecuencia alarmante, los hombres hablan y no dicen nada; aunque profieren palabras, son más mudos que su sombra.

Todas las cosas son, en sentido estricto y debido a su esencial complejidad, indefinibes.

En la medida en que se despliega a partir de la duda y ahonda en ella, la poesía reclama y favorece una toma de conciencia.

Instante originario del poema: el del pasmo ante la aparición de lo inesperado.

Cada poema es un principio, un punto de partida hacia los poemas por venir. La poesía lleva en sí misma una semilla de regeneración.

¿Para qué la poesía? Para nada, porque sí.

Eduardo Hurtado (1950)
Miscelánea
Gobierno del Estado
de Baja California
Trilce Ediciones,
México, 2021.

Martes

Romance de los ojos del puente

Los ojos del puente están
untados de placidez.
¿Quién los ha visto mirar
alguna vez de través?...
Usted estaba desnuda,
acabada de bañar;
desnuda bajo los sauces
llorones del saucedal.
Venía el agua inocente
cantando del manantial.
Cruzó los ojos del puente,
cantando, camino al mar.
Usted estaba desnuda,
limpiecita... y nada más.
Los ojos del puente quieren
entre reír y llorar,
y el agua sigue corriendo
para no volver jamás.
¿Por qué se muestra desnuda
frente al puente?
¿Por qué se muestra desnuda,
no sabe cuánto hace mal?
Seguirá corriendo el agua
hasta la mar,
pero los ojos del puente
ya nunca la olvidarán.
Seguirá corriendo el agua
para no volver jamás...

Algunos poemas deliberadamente románticos
y un prólogo en cierto modo innecesario

Renato Leduc (1897-1986)

 

Inútil divagación sobre el retorno

Más adoradas cuanto más nos hieren
van rodando las horas,
van rodando las horas porque quieren.
Yo vivo de lo poco que aún me queda de usted,
su perfume, su acento,
una lágrima suya que mitigó mi sed.
El oro del presente cambié por el de ayer
la espuma… el humo… el viento...
Angustia de las cosas que son para no ser.
Vivo de una sonrisa que usted no supo cuándo
me donó. Vivo de su presencia
que ya se va borrando.
Ahora tiendo los brazos al invisible azar;
ahora buscan mis ojos con áspera vehemencia
un prófugo contorno que nunca he de alcanzar.
Su perfume, su acento,
una lágrima suya que mitigó mi sed.
¡Oh, si el humo fincara, si retornara el viento,
si usted, una vez más, volviera a ser usted!

Algunos poemas deliberadamente románticos
y un prólogo en cierto modo innecesario-

Renato Leduc (1897-1986).

Miércoles

598
Canta, gallo, canta,
que quiere amanecer;
canta, rusión del día,
que quiere esclarecer.
El gallo cantaba
a la punta del pino;
yo lo manteneré
con azúcar y vino.
Canta, gallo, canta,
que quiere amanecer;
si dormís, parida,
con bien despertés.
El niño lloraba,
el parido reía,
y la bien parida
ella lo criaría.
Aboltés, parida,
de cara al varandado,
veres al parido
dicir secheyanu.
Canta, gallo, canta,
que quiere amanecer;
si dormís, parida,
con bien despertés.

[Molho, pp. 62-63]

rusión 'ruiseñor' / el parido 'el padre' / aboltés, parida, de cara al varandado 'volved, parida, la cara al corredor'; / secheyanu: bendición del padre al reciên nacido.

 

599
Morenica a mí me llaman,
yo blanca naci;
el sol del enverano
me hizo a mí ansí.
Morenica y graciosica
y mavromatiani.

Morenica a mí me llaman
los casapicos;
si otra vez me llaman,
yo les do besicos.
Morenica y graciosica
y mavromatiani.

Morenica a mí me llaman
los marineros;
si otra vez me llaman,
yo me vo con ellos.
Morenica y graciosica
y mavromatiani.

Ya se viste la morena
y de amarillo;
ansina es la pera
con el bembrillo.
Morenica y graciosica
y mavromatiani.

Ya se viste la morena
y de vedroli;
ansina es la pera
con el shiftili.
Morenica y graciosica
y mavromatiani.

[Denah Levy, pp. 65-66]

mavromatiani (turco) 'de ojos negros' / casapicos 'carniceros' / vedroli 'verde' / shiftili (turco) ‘durazno'

Margit Frenk Alatorre
Lírica hispánica de tipo popular
UNAM, México, 1966.

Jueves

600
Ansi se arrimó
hacia la cama,
a ver si las almohadas
si eran de lana,
a ver la nuestra novia,
si era galana.
--Por Dios, la nuestra novia,
cuerpo garrido,
¿si vos ponís albayalde
o oro molido?
--No me puso mi madre
cosa ninguna:
la cara de la novia
como la luna.
--No me puso mi madre
ni albayalde:
la cara de la novia
como el esmalte.
--La onza de la gracia
¿y a cómo la vende?
--No lo vende por onza
ni por cuarterón:
se lo vendo a mi amante
de mi corazón.

[Larrea, p. 80]

Margit Frenk Alatorre
Lírica hispánica de tipo popular
UNAM, México, 1966.

Viernes

NO QUIERO CRUZAR LA CALZADA
donde yacía sin vida
el cuerpo del Dardo,
con las hojas crujientes
macerando su rostro.
Pudo pasarme a mi
o a cualquiera
con la vida orquestada
por un sinfin a aplausos.
Atrapar vientos dice el Eclesiastés
y mi madre lo recordaba
todas las tardes
a la hora del café y decía:
Hay algunos talentos
que viven con soberbia
por eso piensan
que el tiempo se eterniza
y que siempre estarán en la cima.
No viven el instante,
se intoxican
con el aire viciado
de los bares,
piensan que hoy es ayer
o mañana,
el presente no existe para ellos.
Pero quién es mi madre
para hablar del Dardo Cisneros
refiriéndome a él
como “algunos talentos”.
El Dardo era mi hermano,
mi compañero del cuarteto
de alientos, prófugo de la orquesta
sin luces
de la universidad.
Un lobo de alta escuela
de los llamados bebedores fuertes,
no un borracho cualquiera
atravesado
en la calzada de la muerte.
Aunque así haya sido
él fue distinto,
el sax-tenor de las princesas,
Orfeo Negro en los puertos.
Le gustaba tocar solo
alargando la nota.
Cuando murió tenía sangre
en los labios,
la española con la que vivía
cubrió sus ojos
con un panuelo azul,
un color idéntico
al saxselmer 1997.

 

LA PRIMERA VEZ
que escuché un blues
de largo aliento
fue en un bar de Ensenada,
dicho bar estaba
en un acantilado
por el camino viejo
a Puntarena.
La pared donde se estrellaba
la cresta de las olas
era de vidrio,
y la visión simulaba
pequenas tormentas
a través de la gran ventana.
Allí conocí al Dardo,
Gildardo Cisneros, que hablaba
con los ojos
haciendo gala de su respiración
circular mientras tocaba
las últimas notas de Orfeo Negro.
Esa misma noche supe
que regresaría a México
para exportar manzanas
a California.
Ahora sí, la gran broma,
¿manzanas a California?
Lo cierto es,
según el Dardo,
que para tocar el Sax
se necesita pulmón
y una buena dosis
de metafísica.

Silvia Tomasa Rivera (1955)
Lobo de Ciudad Grande
Universidad Autónoma de Nuevo León
México, 2021.

Sábado

99
En la huerta nace la rosa:
quiérome ir allá
por mirar al ruiseñor
cómo cantaba.
Por las riberas del río
limones coge la virgo. [la doncella]
Quierome ir allá
por mirar al ruiseñor
cómo cantaba.
Limones cogía la virgo
para dar al su amigo.
Quiérome ir allá
para ver al ruiseñor
cómo cantaba.
Para dar al su amigo
en un sombrero de sirgo.
Quiérome ir allá
para ver al ruiseñor
cómo cantaba.
[GIL. VICENTE, fol. 17]

100
E se ponerei la mano em vós,
[Acaso pondré la mano en vos]
garrido amor?
Um amigo que eu havía
mançanas de ouro me envía.
Garrido amor.
Um amigo que eu amava
mançanas de ouro me manda.
Garrido amor.
Mançanas de ouro me envía:
a melhor era partida. [la mejor estaba partida]
Garrido amor.
[GIL VICENTE, fol. 174]

101
Tres morillas me enamoran
en Jaén:
Axa y Fatimá y Marién.
Tres morillas tan garridas
iban a coger olivas,
y hallábanlas cogidas
en Jaén;
Axa y Fatimá y Marién.
Y hallábanlas cogidas
y tornaban desmaidas [desmayadas]
y las colores perdidas
en Jaén:
Axa y Fatimá y Marién.
Tres moricas tan lozanas
iban a coger manzanas,
[y cogidas las hallaban]
en Jaén:
Axa y Fatimá y Marién.
[Cancionero musical de Palacio, 24]

102
Lo que demanda el romero, madre,
lo que demanda no ge lo dan.
A las puertas de su amiga
[una limosna de amor pedía].
Lo que demanda no ge lo dan.
[Cancionero musical de Palacio, 365]

103
El amor que me bien quiere
agora viene.
El amor que me bien quería
una empresa [una prenda] me pedía.
Agora viene.
[Cancionero musical de Palacio, 144]

104
Que non dormiré sola, non,
sola y sin amor.
[Cancionero classense, núm. 223]

105
La niña que los amores ha
sola ¿como dormirá?
[Santillana (3), en Espejo de enamorados, p. 62]

106
Porque duerme sola el agua
amanece helada.
[B. N. M., ms. 3913, fol. 18]

107
Que me muero, madre,
con soledade.
[Cancionero de Peraza, fol. 1]

108
¡Si viniese ahora,
ahora que estoy sola!
[Góngora, t. 2, núm. 419]

109
Si viniese e me levase,
por miña vida que no gridase.
Meu amigo atan garrido,
si viniese o domingo,
por miña vida que no gridase.
[Mudarra, núm. 74]

110
Al alba venid, buen amigo,
al alba venid.
Amigo, el que yo más quería,
venid al alba del día.
Amigo, el que yo más amaba,
venid a la luz del alba.
Venid a la luz del dia,
non trayais compañía.
Venid a la luz del alba,
non traigais gran compañía.
[Cancionero musical de Palacio, 7 (6)]

112
Ya cantan los gallos,
buen amor, ya vete,
cata [mira] que amanece.
[Cancionero musical de Palacio, 155]

Margit Frenk Alatorre
Lírica hispánica de tipo popular
UNAM, México, 1966.

Domingo

DEBAJO DE ESTE PUENTE
una gran mano roja
transmuta
a un tiempo de sangre coagulada,
indiferente
al tráfico de carga humana,
entre racimos de plátanos
y quintales de café.
Nada es casual
en este túnel
de piedras enlamadas.
Aquí hay un hombre que debería
vivir en otro sitio
protegido desde la raíz.
Un hombre que se abraza
a un árbol
sin ser tocado por la mano,
habita entre raíces y escondido
para salvarse.
No es un asesino y, sin embargo,
frente a él
aparecen los cuerpos fragmentados
en la corriente turbia.
Cuando regresé de Londres
con mi Selmer al hombro
y el aplauso
como única recompensa,
de mi casa quedaban
cuatro horcones en la ladera
de un río mermado.
Apuntalé la casa
como lo hacía con mi padre
pero las lluvias
del ultimo verano
volvieron a destruirla.
Puedo ver los escombros
desde el arco del puente
donde ya somos muchos
cobijados
bajo la protección del concreto.

 

AL PUENTE LO SOSTIENE
la mano gigante,
según los lugareños
que observan
desde las cunetas.
Nadie sabe quién la pintó,
no hay registro de ello
en ninguna instancia
de la cultura de los pueblos.
Todos aquí la llaman
“la mano del diablo”.
Por eso gotea sangre
en las noches pesadas.

 

ANTOINE JOSEPH SAX INVENTÓ
el saxofón en un viejo taller
de Bruselas,
en 1840, para que un siglo
después lo tocara John Coltrane
en un suburbio de Philadelphia.
Así operan los proyectos
en la mente de Dios
a largo plazo.
Un parpadeo y el tiempo real
desaparece.
Abre una puerta
a la energía de las formas.
En “El Último Blues”
Coltrane divaga:
Un solo de sax
es un pase
al Bar de las Estrellas.
Un solo de sax
es el preludio
de la resistencia.

 

EN EL FONDO DEL BAR
conocí a un hombre,
su vieJo sax expandía
sus lamentos
entre volutas de humo.
Sus ojos enardecidos
brillaban en la obscuridad
denotando
el sabor etílico de su sangre.
La realidad a veces
no tiene sentido,
la soledad de uno,
la derrota del otro,
la victoria inminente
de la vida.
En el fondo de mí,
lo até a un poema
¿Para qué lo dejaba suelto
en este bar?

 

DICE MI MADRE
sin honor a su nombre
que todos los saxofonistas
son borrachos
y consumen cocaína.
Pienso en Baudelaire
y me pregunto:
¿borrachos de qué,
de vida, de amor
de nostalgia?
¿Qué sentimiento específico
se necesita
para tocar el sax?
¿Qué se inhala,
qué se bebe además del agua
y el viento para emitir
ese sonido grave
que penetra la atmosfera?


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