Octavio Paz: Las palabras en libertad

Viernes, 09 de Enero de 2015
Las palabras en libertad
Foto: Siempre!

La idea de libertad no es algo que Octavio Paz haya seguido durante toda su vida. Esta, para él, era un poco ir siguiendo el periplo que tuvo tanto en su vida como en su reflexión. Guadalupe Nettel en su libro Octavio Paz. Las palabras en libertad (Taurus), abordó varios campos; el primero, en la libertad creadora, la del poeta, la del escritor que se sienta frente a la hoja en blanco y se siente condicionado por diferentes razones; luego, la libertad política, la erótica, la del amor; y, por último, la libertad de la conciencia. Octavio Paz, dice la autora, se interesó en el budismo y en la idea de que uno podía abrir su conciencia y liberarse de las ataduras del yo y de la ignorancia.

—¿De qué manera cree usted que Octavio Paz contribuye al desarrollo de nuestras letras?

—Para empezar, es uno de nuestros más grandes poetas; después, es un ensayista magnífico, muy agudo, que desde un punto de vista, desde unos ojos mexicanos, hizo como una especie de panorama cultural e histórico. Convocó a diversos escritores a participar en la vida literaria del país. Estableció puentes entre México-América Latina, México-Europa, México-Asia, fue director de dos grandes revistas literarias: Plural Vuelta. En esas revistas convocó a escritores de primera línea de todo el mundo. En sus ensayos abordó diversos temas interesantísimos, como la historia de la poesía en El arco y la lira, como la historia de la India; pero siempre desde el punto de vista mexicano, comparando México con la India, nuestra historia con la de ellos. Nos hizo reflexionar acerca de la historia, la invasión, la ocupación y de la colonización de México. Fomentó un entorno de debate intelectual en el país durante muchos años. Le gustaba que la gente discutiera temas en todos esos sentidos.

—Las discusiones literarias de Octavio Paz siempre fueron apasionadas. ¿Al Nobel de Literatura por qué se le vio siempre en el centro de la polémica?

—Octavio Paz siempre se vio criticado, desde sus primeras letras, por los fundamentalistas de izquierda. Él, en ese periodo tenía mucho más idea de izquierda que de derecha, defendió la causa republicana, al punto de ir a España, no solamente aceptando la invitación de escritores antifascistas que se celebró en Valencia, sino que escribió al respecto y fue uno de los primerísimos en América Latina, y yo diría que en el mundo, en criticar los Gulags y la forma en que Stalin y la URSS tenían aprisionados a ciertos escritores. Actualmente estas denuncias no escandalizan a nadie, pero, en aquella época, era una traición a la izquierda hablar de que en la Unión Soviética había campos de concentración, donde estaban presos grandes escritores. El autor de El laberinto de la soledad fue uno de los primeros que se dio cuenta de la represión a los intelectuales y escritores que se oponían al régimen soviético. Y por esto, consideraron a Paz como un traidor y como un reaccionario y no sé cuántas cosas más. Ese prejuicio prevaleció a lo largo de su vida. Octavio Paz estuvo muy cerca de la izquierda durante muchísimos años, muchos más de los que estuvo dentro del campo neoliberal. Escribió varios artículos que apoyaban a la izquierda no alineada a los mandatos de Stalin.

Octavio Paz siguió el ejemplo de André Breton, que consistía en ser un especie de cacique de las letras francesas en esa época del surrealismo. Paz era un personaje bastante tiránico, tomó represalias contra aquellos que lo criticaban; pero, en parte, esto se debe a que tenía que enfrentar a un bloque entero de intelectuales. Al mismo tiempo son muy interesantes todas sus idas y venidas, todos sus claroscuros y contradicciones. Es una pena que se haya reducido tanto la imagen que nos hemos formado o la gente tiene de él porque se redujo a una cosa completamente chata y plana, que es como escritor de derecha, reaccionario, nada más alejado de la complejidad del personaje.

—De la obra de Octavio Paz, con qué se queda, ¿con su faceta de pensador, de filósofo, de poeta o de crítico?

—No creo que haya sido filósofo ni propiamente dicho historiador, aunque haya escrito el libro sobre sor Juana. Lo considero un extraordinario poeta y un extraordinario ensayista. Me quedo con sus poemas, con el ensayo El arco y la lira, donde logra conjuntar la tradición romántica alemana y francesa con los surrealistas, y vincularlos con el budismo y los poemas orientales, darnos un panorama muy lírico de lo que es la historia de la poesía y su arte poética, y con algunos otros ensayos como el de Sor Juana Inés de la Cruz o Las trampas de la fe. Explicó, de manera fascinante, qué era el surrealismo, y escribió algunos poemas bellísimos sobre la guerra Civil Española.

—Octavio Paz fue un poeta que corregía constantemente su obra, el poeta en busca de la perfección. ¿Cuál es el valor verdadero de sus primeros poemas?

—No defiendo en este libro todo lo que ha escrito Octavio Paz ni mucho menos. Me parece que es un personaje con muchos claroscuros, con muchas aristas, como son los personajes que más me interesan. La gente que se queda siempre en el mismo lugar, no resulta tan interesante. Paz era un obsesivo. Me da un poco como de entre ternura y risa que haya estado corrigiendo tanto su obra pasada, con la certeza de que iba a pasar a la posteridad; pero, al mismo tiempo, es una lástima que lo haya hecho porque hay poemas bellísimos, justamente, por la frescura juvenil y pasión que tenían. Era como la primera versión de Entre la piedra y la flor, que es una denuncia social sobre los trabajadores del henequén en Yucatán, un trabajo hermoso, justo, por su frescura y por su pasión. Cuando lo corrige lo vuelve un poema mucho más abstracto, conceptual, que pierde toda esa fuerza. Me parece una suerte que se conserven esos manuscritos primeros, y considero acertado que Paz tuviera la lucidez mientras estaba armando sus obras completas, de permitir que se publicaran también algunos de sus primeros manuscritos.

Para leer la nota original, visite: http://www.siempre.com.mx/2015/01/octavio-paz-las-palabras-en-libertad/


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