Refrán popular también de la serie "de que", como los anteriores. También es un refrán determinista. El refrán, de hecho, significa que cuando Dios dice 'a llover' no hay nada que hacer sino defenderse del agua. Es decir que la voluntad de Dios es definitiva. Como todos los refranes de la serie "cuando Dios dice..." o "de que Dios dice..." también éste es de índole exclamativa. La lluvia es parte esencial en la agricultura ranchera tradicional. Llover o no llover, para ella, es la fuente de sus expectativas y de sus miedos; pensar que la lluvia viene de Dios, pues, es parte de su manera de pensar acostumbrados como están a las angustias y esperanzas de sus siembras y cosechas de temporal, en donde todo depende de que Dios haga llover o no.