Refrán totalmente equivalente al refrán "berengo que compra libros, es burrito que los carga" que bien pueden ser considerados como variante uno del otro. Su, sentido, por tanto, es el mismo: los libros no benefician a quien, siendo un tonto -sea berengo o burrito-, los compra. En este caso, su placer consiste sólo en cargarlos, como un burro. De hecho, esta variante emplea la identificación entre "tonto" y "burrito". El refrán, estructurado en forma sentenciosa, consta de dos hemistiquios octosílabos, sin rima, cada uno de los cuales descansa sobre sendas estructuras "S + que + V + OD" unidas por "es".